07 Ago 36 años apoyando la educación
El Museo de los Niños de Caracas abrió sus puertas hace 36 años con la idea de su fundadora, Alicia Pietri de Caldera, de ser un complemento a la educación básica, una herramienta de apoyo al trabajo que los docentes realizan en sus aulas de clases, una manera novedosa y divertida de trasmitir y reforzar los conocimientos.
A lo largo de todos estos años ha cumplido con excelencia su misión, como lo manifiestan quienes han aprovechado sus exhibiciones.
Al inicio se pensó que el Museo estaba dirigido especialmente a niños entre 7 y 14 años. Sin embargo, su influencia ha ido más allá: los jóvenes que forman parte de los miles de Amigos Guía que durante estos 36 años han ayudado a los visitantes a “aprender jugando” también han aprovechado lo que el Museo les ofrece para profundizar conocimientos, descubrir intereses y despertar vocaciones.
Hoy en día el ámbito de influencia del Museo se ha extendido, incorporando exhibiciones dedicadas especialmente a niños en edad preescolar, menores de 7 años, pues se considera que desde muy pequeños se pueden estimular en el aprendizaje y en el descubrimiento, alentando en ellos la curiosidad por la ciencia.
El Museo ha conservado durante todos estos años muchas de las exhibiciones que estuvieron en su primer día: la Molécula, Colores Musicales, el Piano Gigante, Cómo somos por dentro, Hagamos Papel, Estudio de Televisión, entre muchas otras que todos recuerdan; pero, con el paso del tiempo se ha ido enriqueciendo no solo en cada una de las áreas sino también incorporando temas que no estuvieron al inicio como Astronomía, Astronáutica, Drogas, Química y adelantos tecnológicos como la TV Digital, las TIC, la Realidad Aumentada, Nanotecnología… y también espacios especiales para los más pequeños como la “Caja de Colores”, “El Cuarto de los Mil Colores” y el “Rincón de los cuentos” ahora expandido con una nueva sala que nos permitirá distraer a los más pequeñitos mientras sus hermanitos incursionan por temas de Física, Biología, Ecología…
Han sido años -unos más fáciles y otros muy difíciles- donde el amor a los niños y al país nos ha dado la fortaleza para continuar trabajando con dedicación y optimismo, venciendo obstáculos y superando dificultades.
Pedimos al Señor que nos siga ayudando en esta labor de mantener la “maravillosa realidad” al servicio de las nuevas generaciones, y prometemos dar todo nuestro esfuerzo para mantener el Museo en las mejores condiciones y al día con los avances de la ciencia y la tecnología.